La única manera.

¿Cómo le dices a las dagas
que arden mientras penetran
la piel de estas letras
que ya no te esperan?

Fueron surcos inesperados
los que le han dado camino
a estos cantos atorados
en la rebeldía del destino
que nos tiene separados.

Porque tuvimos un historia sin principio,
una página en blanco,
un caer al precipicio
por la atracción natural al masoquismo
de este poeta amargado.

Consigo aquí calmar
lo que fuera de aquí no he calmado,
lo que dentro de ti te has llevado,
consigo aquí
mantenerme amarrado
a ese misterio que la vida
fuera de mis fantasías literarias
no me ha dejado.

Ojalá te murieras
para poder beberte
bajo la sombra de un ahuehuete
junto con mi compañero Nycher

la muerte: el único poder
que puede anularte,
no sólo esconderte
tras el rugido de las fieras.